Pero ¿y si el Metro parara?

Rodrigo García
4 min readMar 31, 2020

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¿Qué medidas deben considerarse si se toma la decisión de cerrar parcial o totalmente el Metro?

Finalmente ocurrió. Un sistema de transporte público de una metrópolis occidental dejó de operar el metro debido a la crisis del Covid-19 (Coronavirus). La Autoridad de Transporte Metropolitano de San Francisco (SFMTA) decidió parar el Muni (no confundir con el famoso BART) que sirve a más de 700 mil personas diariamente. En un comunicado dado a conocer la semana pasada, se anunciaron las acciones que tomará la Autoridad para que este corte tenga un menor impacto en la vida diaria de sus usuarios y, al mismo tiempo, explicaron cómo usarán productivamente ese tiempo de pausa para mejorar el sistema.

No debe de sorprendernos que estas acciones sean tomadas. Conforme la situación se va agravando, muchas ciudades tienen que ir tomando decisiones cada vez más difíciles. Sin embargo, lo que mucha gente no parece entender es que declarar una emergencia sanitaria que destaca la suspensión inmediata de actividades no esenciales mas no limita el libre tránsito (no es queja) y detener operaciones en el transporte público sin ofrecer alternativas es una decisión arriesgada e injusta. Arriesgada porque al seguirse permitiendo la libre circulación, mucha gente buscará alternativas de menor calidad para desplazarse, como el transporte público concesionado. Injusta, porque supone una carga extra para las personas que más lo necesitan.

Sigo pensando que cerrar el metro completamente no es la mejor opción ni para contener el virus ni para apoyar la economía familiar que tan lastimada está debido a la situación económica tan difícil que enfrentamos. En distintas ciudades alrededor del mundo el metro sigue funcionando a pesar del alto número de casos de personas infectadas y defunciones a causa del Coronavirus. Por ejemplo:

  • Madrid (90% caída en demanda, recortó horario de funcionamiento y cierra a medianoche)
  • Roma (70%+ caída en demanda, recortó horario de funcionamiento y cierra a las 9 p.m.)
  • NYC (reporta 87% caída en demanda, recortó servicios y frecuencias debido a falta de operadores e implementó horario de fin de semana toda la semana)

De acuerdo a los ejemplos previamente señalados, existen puntos intermedios entre apertura y cierre total que pueden limitar el servicio y disminuir las aglomeraciones, sin comprometer la movilidad de una población que aún está en posibilidad y necesidad de hacerlo. Manejar horarios reducidos de fin de semana durante toda la semana, detener operaciones más temprano, consolidar estaciones y hasta líneas podrían ser alguna de estas opciones que pueden explorarse para lograr ese término intermedio.

Ahora bien, si la decisión de parar operaciones por completo es imperativa e impostergable, sin lugar a dudas esta debe de acompañarse con la implementación de alternativas que ayuden a mitigar los impactos que la pausa total en el servicio podría generar, como proveer de sustitutos de transporte a la población por cada línea cerrada, como está sucediendo en San Francisco.

La SFMTA, al saber que hay miles de personas que seguirán saliendo a la calle y necesitando del transporte público, ha puesto a trabajar autobuses que siguen la misma ruta del metro, parando en las entradas y salidas de las estaciones. Esta sustitución modal va de la mano de una limpieza constante y sanitización diaria y exhaustiva de los autobuses en operación. De igual forma, establece un protocolo para los operadores que ayuda a mantener #SusanaDistancia entre los usuarios, como saltarse paradas cuando el autobús alcanza cierto porcentaje.

En el caso específico de la Ciudad de México, valdría la pena considerar al transporte público concesionado como un aliado en esta emergencia y exigir a los operadores que realicen la limpieza constante de sus unidades y, en medida de lo posible, hacer operativos de revisión para que esta medida se cumpla. Pedirles que hagan viajes a media capacidad puede ser más difícil ya que es una medida que va en contra del modelo de negocio, pero son momentos de pensar en el bien común.

Desde el punto de vista de capacidad y eficiencia, la sustitución de metro por autobuses es una de las pocas acciones inmediatas que pueden tomarse para no afectar tanto a las usuarias y usuarios (el impacto de shuttles, taxis o ERTs es mínimo, poco eficiente y con costos muy elevados). No es sencillo encontrar sustitutos al metro ya que lo que lo hace más eficiente que cualquier otro transporte urbano, y por lo tanto casi imposible de sustituir, es lo mismo que lo hace tan peligroso en una pandemia.

Algunas Medidas complementarias extra a considerar:

  • Mantener la operación del sistema de bicicletas públicas con la respectiva limpieza y sanitización de estaciones y bicicletas diaria.
  • Procurar el abordaje de autobuses o trolebuses por la puerta media para evitar contacto innecesario y contagio de operadores.
  • Instalar señalética temporal orientada a promover viajes a pie.
  • Limitar el número de personas dentro de las estaciones de Metrobús y los autobuses.

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